LOS
CHORTIS
Los chortis son
un pueblo indígena de Guatemala y Honduras,
y descendientes de la civilización maya cuyo
centro cultural y político se situaba en Copán.
En la actualidad hay aproximadamente 60,000 chortís, alrededor de 52,000 en el
departamento de Chiquimula,
Guatemala, y 8,000 en los departamentos de Copán, Ocotepeque, Cortés y Santa Bárbara en
el noroeste de Honduras. El idioma
chortí, es hablado por la mayoría de los chortís de
Guatemala, mientras que es poco hablado en Honduras.
HISTORIA
SIGLO XX
Entre
1970 y 1979 se lleva a cabo la reforma agraria, se asignaron tierras a varios
grupos organizados de chorties, cerca del 10 %.
En
1991 fueron asesinados varios líderes chortís solamente por reclamar sus
derechos ancestrales.
Se
creó el Consejo Nacional de Indígenas Chortís de Honduras (CONICHH) en 1994 y
la Confederación Nacional de Pueblos Autóctonos de Honduras (CONPAH) en 1995.
En
abril de 1997 fueron asesinados dos chortís, uno de ellos fue el líder Cándido
Amador, debido a esto hubo una peregrinación a Tegucigalpa y
hubo protestas por sus derechos.
En
mayo de 1997 se acordó con el gobierno central la distribución de 2.000
hectáreas a comunidades chortís.
En
diciembre de 1997 cinco comunidades chortís obtienen 350 hectáreas de tierras
de parte del Instituto Nacional Agrario (INA).
Actualmente,
la mayoría de parlantes del idioma Chorti habitan en y alrededor en tres
pueblos en el departamento guatemalteco de Chiquimula, Jocotán, La Unión y
Olopa. Existe también un grupo de parlantes del Chorti que habitan entre
camotan y la frontera de Guatemala y Honduras. La mezcla actual de cultura
material e ideológica que se ha producido en toda Guatemala ha hecho que sea
difícil discernir entre Chortis y ladinos en muchas regiones.
IDENTIDAD CHORTÍ
En
Wisdom se menciona que los indígenas se designan algunas veces ellos mismos
como guatemaltecos, por ejemplo cuando se comparan con los chortis de Honduras,
pero no conceden mucho significado a la designación. Casi
ningún chorti en ese tiempo había visitado otras regiones del país a parte de
la propia, ni mucho menos a Centroamérica.
Winsdom
menciona que los indígenas como los ladinos que viven en el área indígena, no
tienen una noción clara de lo que constituye la República de Guatemala. El
departamento se vuelve entonces en la mayor unidad social que los identifica.
La mayoría de los indígenas de habla chorti se identifica como chiquimulteca,
para distinguirse de los habitantes de Zacapa, Izabal y otros. Los indígenas de
un municipio se consideran un poco distintos culturalmente de otros. Tal
creencia tiene base aunque en la mayoría de los casos no es real. Los
municipios de Jocotán, Camotán, San Juan Ermita y La Unión son casi idénticos
culturalmente, difieren en aspectos poco importantes, como el número de días de
abstinencia sexual mientras se celebra la ceremonia de la siembra, o la fiesta
anual del santo patrono.
Se
dice que sus indígenas son semejantes (aunque no iguales) en costumbres, y que
llevan el amparo de similitud. Los municipios de Quetzaltepeque y Esquipulas
constituyen otro grupo del cual se dice que es “muy diferente” del grupo de
Jocotán. No obstante, los indígenas de ambos grupos reconocen que en lo
fundamental poseen una sola cultura y lengua y proceden de un mismo origen.
El
municipio, en cambio, es una unidad comunal importante y constituye la única en
la cual la afiliación tiene mucho significado. Cualquier indígena o ladino,
tanto de una aldea como del pueblo, por lo general se identifica con el nombre
de su municipio. El habitante de Jocotán, aldeano o pueblerino, de cualquier
grupo étnico es un jocoteco. Esta es su identificación principal, especialmente
cuando entre en contacto con un mundo más amplio, por ejemplo, cuando transita
por otro municipio. Fuera de su jurisdicción municipal el indígena nunca se
identifica dando el nombre de su aldea.
Los
de restantes municipios son ‘los de afuera’ u ‘otra gente’, en tanto que los
del propio son ‘mi gente’. Las relaciones sociales del jocoteco son mucho más
constantes e íntimas que con los olopeños y camotecos, según Wisdom.
En
los municipios de Jocotán y Olopa, los blancos, mestizos o ladinos forman la
población que predomina en los pueblos. Los indígenas, cuya mayoría parece ser
de sangre pura, viven en los poblados rurales. Existe un aguda distinción
cultural y social entre los dos grupos. Los ladinos se consideran un pueblo
urbano similar al de Chiquimula, principalmente porque tienen habla y cultura
española y en lo racial son predominantemente blancos. Constituyen claramente
la clase alta del municipio y ejercen control político y económico sobre el
mismo.
La
distinción entre los grupos indígena y ladino se basa más en las diferencias
culturales que en las raciales. Menciona: “Muchos ladinos de prestigio en
Jocotán tienen la mitad o más de sangre indígena, pero son plenamente aceptados
como ladinos porque cultural y psicológicamente son no indígenas en todos los
aspectos (…) Una distinción cultural muy importante se basa en el tipo de
calzado: los ladinos calzan zapatos y los indígenas sandalias.
Si
un indígena piensa que su vida mejoraría si se convierte en ladino, se traslada
al pueblo, calza zapatos y viste tantas ropas ladinas como puede; finge que no
comprende las costumbres indígenas y que solo habla español, se refiere a los indígenas
aldeanos como ‘ellos’ en vez de ‘nosotros’, aprende un oficio ladino, se casa
con una ladina si le es posible e inscribe a sus hijos en la escuela pública”.
Lo mismo sucede con el ladino que se haya indianizado, los demás lo reconocen
como indígena pero él se siente superior entre sus amigos y parientes por ser
un poco ladino.
Entre
los indígenas no hay clases sociales distintivas, aunque existen diferencias
económicas y sociales entre los individuos. Algunos tienen prestigio, tanto a
los ojos de los ladinos como de los demás indígenas; éste se basa en la
tenencia de tierras, la riqueza, la influencia ante los funcionarios y
comerciantes ladinos, el conocimiento y habilidad profesionales y la aptitud
para ser dirigentes.
“El
término “indio” es el que los ladinos usan más a menudo para referirse a los
indígenas; también emplean los términos ‘indito’, ‘natural’ y ‘los indígenas’.
El primero de estos es el que menos connotaciones de inferioridad tiene y se
emplea afectivamente, en la conversación directa, cuando el interlocutor ladino
desea evitar que el otro se sienta ofendido. El término ‘montañés’ expresa
inferioridad en alto grado. Los términos ‘hombres de caites’ y ‘mujer de
caites’ soun aún peores en este sentido. Los indígenas se refieren a ellos
mismos empleando los términos ‘indios’ o ‘inditos’ (…) Los indígenas se
refieren comúnmente a los ladinos como in- te’ ladino (un ladino) y e ladin-op’
(los ladinos). También les dicen ah tsuk (barbudo), e tsuk-op (los barbudos),
para tratarlos despectivamente les dicen ‘zambos’”.
Metz,
también se enfoca en explicar la identidad y pertenencia de los mayas ch’orti’
a su propia etnia. Explica, como lo hace Wisdom (de hecho cita el texto de
Wisdom), para reforzar la idea de que la mayoría de los ch’orti’ aún en la
actualidad no conciben la idea de Estado-nación guatemalteco. Esto lo refleja
en algunas notas sobre cómo en un acto cívico de la comunidad, únicamente una
persona le ‘hizo caso al himno nacional’, mientras que los demás lo ignoraron.
De hecho esta persona fue un soldado del ejército que había recibido educación
cívica y que por lo tanto sí lo identificaba. En la actualidad, menciona que
las mujeres analfabetas son las que tienen poco conocimiento de Guatemala como
nación y que lo relacionan con la capital del país. De hecho menciona, que en
un salón junto a un grupo de jóvenes les mostró un mapa y les pidió que
ubicaran dónde se encontraba Guatemala y estos no pudieron resaltarlo. Él hizo
esto no con tal de humillar a los ch’orti’ pero para demostrar su dura
marginalidad. Lo que quiere dar a entender Metz es que los ch’orti’ son
extraños en su propia tierra.
Metz,
menciona que al parecer el llevar el nombre ch’orti’ incluye de por sí
victimización. Muchos de ellos consideran que el ser ch’orti’ los hace ser
víctimas y creer que ser ladino les trae mejores oportunidades. Los ch’orti’
han enfrentado discriminación y marginalidad por siglos. La competitividad
interna de los ch’orti’ hace que haya una falta de respeto entre los mismo y
puedan unificarse como pueblo. Poco a poco mientras la población crece hay
menos hablantes de ch’orti’, alrededor de 20 mil, todavía lo hablan en la
actualidad, la población ladina ha aumentado y es complicado diferenciar a los
campesinos no ch’orti’ de los ch’orti’. Cada vez más las nuevas generaciones se
avergüenzan de hablar pues los ladinos se burlan de ellos y los ven como
inferiores mientras lo hablan. Muchos consideran también que la piel clara es
mucho más bonita y que una ‘gringa’ jamás les haría caso o los encontraría
atractivos. Plantea Metz, que los ch’orti’ se han mantenido dentro de un
ambiente individualizado, se han mantenido para ellos mismos y entre ellos
mismos.
Winsdom
Menciona que los ch’orti’ no están organizados y que este un problema central
en su pertenencia hacia el grupo étnico. Hay mucho individualismo. En la
actualidad algunos ch’orti’ empiezan a estar conscientes de su idioma y de su
cultura.
Muchas
veces los ch’orti’ consideran a los mayas del área occidental como exóticos,
porque utilizan trajes tradicionales mayas y hacen ceremonias extravagantes. Y
muchas veces se alejan de ellos (otro grupos mayas) con tal de que no los
identifiquen como indígenas, pues mientras menos indígenas se vean, mejor.
Uno
de sus informantes comenta que los ch’orti’ deben sentirse orgullosos de
quienes son como lo hacen los de occidente y reivindicarse porque mucho de lo
que se ha perdido puede recuperarse todavía. Hay muy pocos involucrados en el
movimiento maya debido a que pocos (casi nulos) tienen el alcance de educación
que algunos de los líderes del movimiento maya tienen, como en el caso
occidental, es por esto que pocos pueden adentrarse a temas de reivindicación,
memoria histórica, recuperación del idioma y la cultura, etc. Otro problema es
la poca comunicación que tiene el área ch’orti con sus alrededores, todavía, en
ese tiempo, la comunicación era escasa. Por otro lado, el factor ladino ha
hecho que los ch’orti’ por su fuerte subordinación consideren que el
involucrarse al Movimiento Maya es peligroso.
La
agricultura, que es principal fuente de alimentación para los chortis se centra
alrededor de producción de maíz, frijoles y calabaza. Principalmente se
cosechan cuatro tipos de maíz y seis tipos diferentes de frijol y tres tipos de
calabaza entre otros cultivos de enredadera. Los chortis también siembran tabaco, arroz,
caña de azúcar, plantas forrajeras, legumbres, pacaya, papas, cebollas, pepino
y varios tipos de banano entre otros cultivos.
Hay
cuatro técnicas culinarias en la región Chorti, en orden de su importancia,
consisten en cocer y tostar en comal, hervir, hornear entre carbones encendidos
y cenizas, y asar en asador. La técnica de tostar en fuego abierto o entre
cenizas calientes, se utiliza sin necesidad de recipientes, para preparar maíz
de primavera en mazorca, calabazas, pacayas y otros frutos y para volver a
calentar ciertos alimentos, como el totoposte.
El
maíz en cualquiera de sus preparaciones se consume en todas las comidas, todos
los días del año. El maíz se puede preparar en tortillas, atol, tostadas, entre
otros. Usualmente se combinan con otros alimentos básicos como lo son las
legumbres, etc.
Los
chortis están situados en la sección central del oriente de Guatemala,
principalmente en el departamento de Chiquimula, pero se extienden diez millas
más allá de la frontera hondureña, dejando en su interior al municipio de
Copán. La mayor parte de la población indígena vive en los municipios de La
Unión, Jocotán, Camotán, San Juan Ermita, Olopa, Quetzaltepeque y Copán. Los
municipios que rodean al área indígena están poblados principalmente por
ladinos; la mayoría chorti no los considera parte de su área nativa y sus
escasos indígenas parecen ser culturalmente más ladinos que indígenas y así son
considerados. Los chortis se relacionan únicamente con los pokomames por
relaciones comerciales.
El
idioma nativo (tcor ti’; en español, chorti) parece ser idéntico en los
municipios de Jocotán, La Unión, Camotán y Olopa. En Quetzaltepeque los
informantes afirmaron que la lengua difería fonéticamente, no obstante de
acuerdo con los informantes no hay diferencias estructurales en toda el área de
habla chorti. Por necesidad los chortis utilizan como lengua comercial el
español y tienden a emplearla en los mercados; ningún ladino sabe más de
algunas docenas de palabras chortis ni es capaz de tener una conversación.
El
chorti es una lengua doméstica, que se habla casi exclusivamente en los hogares
de las aldeas. En las aldeas de Jocotán y Olopa hay un reducido número de
familias indígenas que habla más español que chorti. Por lo general, éstas se
enorgullecen del grado de cultura ladina que poseen; se va perdiendo
generacionalmente ya que el abuelo lo habla perfectamente, el hijo solo sabe
comunicarse y el nieto únicamente conoce algunas palabras. Wisdom, hace una
etnografía minuciosa en cuanto define ‘racialmente’ a los indígenas chortis,
dando una descripción de ellos físicamente. Habla sobre su estatura, el tamaño
de sus labios, su musculatura, tamaños de frente, nariz, etc. Se dedica casi la
mitad de la obra a describir geográficamente las diferencias entre chortis de
Jocotán por ejemplo, y los de Camotán; comparando y haciendo similitudes en su
forma de siembra, indumentaria, vivienda, etc. Se dedica verdaderamente a
explicar cada detalle de la vida de los chortis, hasta llegar al punto de
explicar qué tipo de costales usaban, qué tipo de banano cultivaban y en qué
épocas, incluso hasta dónde loe llegaban los calzoncillos a los hombres (a seis
pulgadas de distancia del tobillo) haciendo que la lectura sea colorida y
minuciosa, aunque por momentos incómoda porque pareciera que estudiara a los
chortis de manera ‘pura’, etnonostálgica.
La
mayor parte del tiempo de trabajo de todos los indígenas se invierte en el
cultivo, la recolección y el almacenaje de los alimentos para el consumo
doméstico y las plantas industriales. Wisdom menciona: “Sus ropas son hechas
localmente de muselina importada, o tejidos en otras partes de Guatemala.
Tampoco poseen máquinas de coser. “Las camisas que visten las mujeres y los
varones, así como los calzoncillos que usan, con confeccionados por las
costureras ladinas”. Por otro lado, la religión indígena representa una fusión
de elementos paganos y católicos. Las más importantes festividades son
celebradas como parte del ciclo agrícola, pero sus fechas coinciden con
frecuencia con las de las fiestas prescritas por el calendario católico. En
ningún caso son conscientes los indígenas de las diferencias de origen de los
elementos religiosos o ceremoniales de la cultura.
El
autor Metz coloca a los Chortis coincidiendo con Wisdom como un grupo relegado
y olvidado del país pero que está resurgiendo y se está reivindicando en la
contemporaneidad. Tal vez este grupo llama la atención de vez en cuando a los
periódicos por sus altos índices de desnutrición y hambre pero ahora da algo
más que hablar, y esto abarca el tema de etnicidad. Menciona que por mucho
tiempo los mayas ch’orti’ fueron identificados como ‘los ladinos de Chiquimula’
y que actualmente solo una fracción de personas habla ch’orti’, utiliza
vestidos distintivos y se ha apegado a una religión civil. Metz habla en su
libro sobre el nuevo término ‘Maya’ y menciona que es necesario utilizarlo en
cuanto se reproduce socialmente y se mantiene en el subconsciente de las
personas. El término ‘Maya’ es una forma de descolonizar a los indígenas. Cada
vez más grupos de indígenas han ganado atención política y económica que los ha
hecho ganar un reconocimiento a nivel nacional e internacional. Él rechaza el
argumento de los antimayanistas que dicen que como lo indígenas no se
proclamaron ‘Mayas’ desde un inicio, entonces ahora cómo pueden nombrarse así
si no lo son. Muchos califican a estos mayas como no auténticos. Metz comenta
que a partir de los 90’s los Ch’orti’ ya no consideraban a los ladinos como
superiores, no necesariamente se reivindicaban como indígenas porque el término
como tal les trae connotaciones negativas pero que preferían que los llamaran
‘gente de las aldeas’ y que sucedió un proceso de mestizaje que fenotípicamente
ya era complicado definir si una persona era indígena o ladina. Wisdom,
C. 1961. Los Chortis de Guatemala. Seminario de Integración social
guatemalteca. Universidad de Calofornia. 541 p.
ARQUITECTURA
Por
lo general la vivienda principal de la familia tiene dos o tres
casas-dormitorios, varias trojes (para almacenar maíz, legumbres y aperos
agrícolas), una cocina, un excusado para las mujeres, un trapiche con su
correspondiente equipo, una casa- altar y el cementerio familiar. Se construyen
dos tipos de casas: uno grande, que sirve generalmente de dormitorio o cocina,
y uno pequeño, que se utiliza como granero, enramada o cualquier otro género de
estructura temporal. La madera mayor se extrae de diversas variedades
silvestres, cuyas ramas pequeñas se utilizan como vigas, tirantes o viguetas,
varillas y refuerzos. Para atacar las diversas piezas entre sí se utilizan
varios bejucos que se endurecen y vuelvan fibrosos al secarse, y tiras rajadas
de la corteza de algunos árboles. La corteza se corta en tiras de un cuarto de
pulgada de grueso y así se obtiene un material resistente y durable.
VESTUARIO
Modernamente
los indígenas han perdido la costumbre del tejido y han optado por comprar
prendas pre fabricadas, usualmente por costureras ladinas. El vestuario moderno
usualmente utilizan es bastante simple. Los hombres suelen vestir una larga y
sencilla camisa de algodón, pantalones del mismo material, sombrero y pañuelo
(traje tradicional). Sobre esto usualmente se utiliza una cinta de tela roja o
púrpura. Las mujeres comparten la costumbre de una blusa blanca de algodón y
utilizan falda azulada hecha de una sola pieza larga de tela, la cual se
sostiene con un cinturón de tela.
ÉTNIA CHORTI
El
Seminario puso a disposición en 1961, en un esfuerzo de estudio etnológico, la
vida social, religiosa y económica de una región tan poco conocida en los
sectores del país, como lo son los chortis.
El
idioma nativo (tcor ti’; en español, chorti) parece ser idéntico en los
municipios de Jocotán, La Unión, Camotán y Olopa. En Quetzaltepeque los
informantes afirmaron que la lengua difería fonéticamente, no obstante de
acuerdo con los informantes no hay diferencias estructurales en toda el área de
habla chorti. Por necesidad los chortis utilizan como lengua comercial el español
y tienden a emplearla en los mercados; ningún ladino sabe más de algunas
docenas de palabras chortis ni es capaz de tener una conversación.
El
chorti es una lengua doméstica, que se habla casi exclusivamente en los hogares
de las aldeas. En las aldeas de Jocotán y Olopa hay un reducido número de
familias indígenas que habla más español que chorti. Por lo general, éstas se
enorgullecen del grado de cultura ladina que poseen; se va perdiendo
generacionalmente ya que el abuelo lo habla perfectamente, el hijo solo sabe
comunicarse y el nieto únicamente conoce algunas palabras.
Wisdom,
hace una etnografía minuciosa en cuanto define ‘racialmente’ a los indígenas
chortis, dando una descripción de ellos físicamente. Habla sobre su estatura,
el tamaño de sus labios, su musculatura, tamaños de frente, nariz, etc. Se
dedica casi la mitad de la obra a describir geográficamente las diferencias
entre chortis de Jocotán por ejemplo, y los de Camotán; comparando y haciendo
similitudes en su forma de siembra, indumentaria, vivienda, etc. Se dedica
verdaderamente a explicar cada detalle de la vida de los chortis, hasta llegar
al punto de explicar qué tipo de costales usaban, qué tipo de banano cultivaban
y en qué épocas, incluso hasta dónde loe llegaban los calzoncillos a los
hombres (a seis pulgadas de distancia del tobillo) haciendo que la lectura sea
colorida y minuciosa, aunque por momentos incómoda porque pareciera que
estudiara a los chortis de manera ‘pura’, etnonostálgica.
La
mayor parte del tiempo de trabajo de todos los indígenas se invierte en el
cultivo, la recolección y el almacenaje de los alimentos para el consumo
doméstico y las plantas industriales. Wisdom menciona: “Sus ropas son hechas
localmente de muselina importada, o tejidos en otras partes de Guatemala.
Tampoco poseen máquinas de coser. “Las camisas que visten las mujeres y los
varones, así como los calzoncillos que usan, con confeccionados por las
costureras ladinas”. Por otro lado, la religión indígena representa una fusión
de elementos paganos y católicos. Las más importantes festividades son
celebradas como parte del ciclo agrícola, pero sus fechas coinciden con
frecuencia con las de las fiestas prescritas por el calendario católico. En
ningún caso son conscientes los indígenas de las diferencias de origen de los
elementos religiosos o ceremoniales de la cultura.
El
autor Metz coloca a los Chortis coincidiendo con Wisdom como un grupo relegado
y olvidado del país pero que está resurgiendo y se está reivindicando en la
contemporaneidad. Tal vez este grupo llama la atención de vez en cuando a los
periódicos por sus altos índices de desnutrición y hambre pero ahora da algo
más que hablar, y esto abarca el tema de etnicidad. Menciona que por mucho
tiempo los mayas ch’orti’ fueron identificados como ‘los ladinos de Chiquimula’
y que actualmente solo una fracción de personas habla ch’orti’, utiliza
vestidos distintivos y se ha apegado a una religión civil.
Metz
habla en su libro sobre el nuevo término ‘Maya’ y menciona que es necesario
utilizarlo en cuanto se reproduce socialmente y se mantiene en el subconsciente
de las personas. El término ‘Maya’ es una forma de descolonizar a los
indígenas. Cada vez más grupos de indígenas han ganado atención política y
económica que los ha hecho ganar un reconocimiento a nivel nacional e
internacional. Él rechaza el argumento de los antimayanistas que dicen que como
lo indígenas no se proclamaron ‘Mayas’ desde un inicio, entonces ahora cómo
pueden nombrarse así si no lo son. Muchos califican a estos mayas como no auténticos.
Metz
comenta que a partir de los 90’s los Ch’orti’ ya no consideraban a los ladinos
como superiores, no necesariamente se reivindicaban como indígenas Por otro
lado, el segundo texto que seleccioné para compararlo con Wisdom, fue
Ch'orti'-Maya survival in Eastern Guatemala: indigeneity in transition por B.E.
Metz. Este libro fue publicado en el 2006 y es una visión mucho más actual del
grupo étnico y hace énfasis en esta identidad chorti y maya que está
renaciendo.porque el término como tal les trae connotaciones negativas pero que
preferían que los llamaran ‘gente de las aldeas’ y que sucedió un proceso de
mestizaje que fenotípicamente ya era complicado definir si una persona era
indígena o ladina.
ECONOMÍA
Los
chortis con un pueblo agricultor que cultiva principalmente maíz, frijol, caña
de azúcar, tabaco, arroz y diversas hortalizas, y que complementa sus alimentos
cultivados con carne de gallina, un poco de carnes de res y marrano, algunas
verduras silvestres y los productos derivados de la caza y la pesca. En general
necesitan importar muy pocos alimentos, porque la mayor parte de su área es
autosuficiente.
LOS CHORTIS DE GUATEMALA
La
obra Los chortis de Guatemala, escrita por Charles Wisdom es una etnografía
minuciosa especialmente de Jocotán y Olapa, en Chiquimula y de forma menos
intensiva en otros municipios del área chorti y ladina del propio departamento
como La Unión, en Zacapa y de Copán, en Honduras. El prólogo del libro
menciona: “Parece como si existiera una línea tajante de demarcación entre las
regiones etnográficas de Guatemala; como si los intereses tuvieran importancia
exclusivamente local, sin conexión alguna entre ellos. Si preguntáramos a una
persona, de cierto nivel cultural, oriunda de una comunidad occidental, acerca
de las características de cualquiera de los grupos chortis, difícilmente podría
respondernos de forma satisfactoria y viceversa (…) tal es la forma separada en
la que se encuentran los grupos en la población guatemalteca”.
En
el libro se detalla que Los chortis están situados en la sección central del
oriente de Guatemala, principalmente en el departamento de Chiquimula, pero se
extienden diez millas más allá de la frontera hondureña, dejando en su interior
al municipio de Copán. La mayor parte de la población indígena vive en los
municipios de La Unión, Jocotán, Camotán, San Juan Ermita, Olopa,
Quetzaltepeque y Copán. Los municipios que rodean al área indígena están
poblados principalmente por ladinos; la mayoría chorti no los considera parte
de su área nativa y sus escasos indígenas parecen ser culturalmente más ladinos
que indígenas y así son considerados. Los chortis se relacionan únicamente con
los pokomames por relaciones comerciales.
Ch'orti'-Maya
survival in Eastern Guatemala: indigeneity in transition
Ch'orti'-Maya
survival in Eastern Guatemala: indigeneity in transition escrito por B.E. Metz
publicado en el 2006 y es una visión mucho más actual del grupo étnico y hace
énfasis en esta identidad chorti y maya que está renaciendo. En el su autor
muestra una visión mucho más actual del grupo étnico y hace énfasis en esta
identidad chorti y maya que está renaciendo.
TELECOMUNICACIONES
Han
surgido instituciones como Radio Ch’orti’ que promueve el uso del idioma y
expresión oral ch’orti’. Pareciera que los ch’orti’ nunca se han identificado
con otros grupos mayas y que hasta ahora empieza a integrarse y crear una
visión de ‘camaradería’ con otros grupos.
RELIGIÓN DE LOS CHORTIS
Durante
la Conquista Española los sacerdotes Chortis fuero exterminados poco a poco
llevándose consigo la mayor parte de sus secretos y conocimientos de su antigua
religión. Sin embargo Los Chortis que sobrevivieron pudieron mantener vivas
partes de sus creencias, practicas y rituales religiosos mezclandolos con los
elementos de religión católica que les fue impuesta.
La
fácil adaptación del pueblo Chortí a la religión católica se debe a la afinidad
que existe entre las dos religiones ya que ámbas practican el bautismo, el
peregrinaje, la confesión, el uso de incienso, la idea del sacrificio y
la devoción a la Virgen María. Entre las prácticas religiosas más importantes
que Los Chortis no comparten con los católicos es el matrimonio. Cada comunidad
Chorti tiene un Santo Patrón a quien venera y rinde culto.
El
principal medio de subsistencia del pueblo Chorti es la agricultura; cultivan
principalmente maiz, frijol y caña de azucar, también se dedican a la
alfareria, elaboración de articulos de cuero crudo y jarcia, ceramica
tradicional y vidriada de Olopa, Jocotán y Camotán, que son vendidos en los
Estados Unidos y Europa.
Los
Chortis como auténticos descendientes de Los Mayas heredaron de ellos gran
parte de su cultura, la que a pesar de las adversidades tratan de mantener
viva, aunque algunas ya son solo parte de la historia. Tal es el caso de la
manera en que los antiguos Mayas edificaban sus viviendas y sus majestuosos.
Las viviendas eran construidas de paja y los templos de piedra, tal como se
puede apreciar en las Ruinas de Copán, el que fué su antiguo acentamiento.
Las
principales actividades culturales que identifican a Los Chortis son dos, la
primera es el Tzikin, una ceremonia consistente en el agradecimiento a la Madre
tierra para que hayan lluvias torrenciales y el descanso sus difuntos. Durante
la ceremonia que concuerda con el dia de difuntos se comparten con los
habitantes de la comunidad frutos de la tierra y bebidas. La segunda es
conocida como “Apadrineo del agua” Esta ceremonia se realiza en un rio para
agradecer e implorar que hayan lluvias abundantes para sus cultivos.
En
cuanto al vestuario, actualmente solo los Chorti de Guatemala conservan sus
trajes tradicionales mientras que los de Honduras han dejado de usarlos. Los
trajes tipicos de los Chorti generalmente era elaborada por un grupo de
expertos tejedores de la comunidad, quienes comenzaron la práctica desde
tiempos precolombinos. Las mujeres vestían un huipil ó hipil (falda con un
manto) mientras que los hombres vestían un atuendo llamado Patí.
Los
aldeanos Chorti vestian prendas sencillas mientras que la nobleza vestia trajes
bordados adornados con plumas y gemas, usaban además sandalias de cuero, el
traje lo complementaban con hermosos tocados de plumas, collares, pectorales y
cinturones muy pesados con incrustaciones de piedras grabadas y nácar. Entre
los accesorios más destacados que Los Chortis añadian a su vestuario
estaban los turbantes, penachos, sombreros, diademas, gorros cónicos y joyería
de oro y jade. Los guerreros añadían sus escudos, armas y chalecos protectores
muy bien decorados.
Los
Chortis en la actualidad
El
pueblo Chorti habita en las regiones mas alejadas y de difícil acceso de
Honduras, sus viviendas estan construidas de bahareque, una combinación de
palos, cañas o cañizo entretejidos entre sí y barro, sus techos son de manaca,
las puertas y ventanas son de madera rústica y sus pisos de tierra. Algunas
viviendas poseen un anexo que es utilizado como cocina.
Generalmente
las viviendas son de una sola habitación y en cada una habitan almenos 10
familiares juntos. Sin embargo existen también algunas casas con dos o
tres dormitorios y algunos trojes, que son los sitios donde almacenan el maiz y
otros cultivos. Poseen ademas letrina, cocina, un trapiche y un altar. El
pueblo Chortí esta organizado y representado por el Consejo Nacional Indígena
Chorti de Honduras (CONICHH).